Entre los cambios en los requisitos para poder generar una factura electrónica, presentar declaraciones fiscales en tiempo y forma y cumplir con todas las obligaciones fiscales de la Miscelánea Fiscal 2022, llegó un síntoma nuevo al estado de desconocimiento en el que viven la mayoría de los mexicanos: la Constancia de Situación Fiscal.
Este documento fue el protagonista de múltiples conversaciones familiares, entre patrones y empleados, proveedores y empresas; de hecho, más allá de las dudas más frecuentes que los usuarios regulares tenían sobre el uso de la CFDI 4.0, la pregunta ¿Cómo saco mi Constancia de Situación Fiscal? plagó las líneas de ayuda del SAT, de los expertos, de los contadores y hasta de uno que otro medio de comunicación que trataba de explicarle a la gente eso que nadie parecía conocer.
Y es que no es tan extraño, considerando que hay alrededor de 22 millones de personas registradas en el IMSS y la forma de contratación de las empresas está muy concentrada en el famoso Número de Seguridad Social (NSS) y no tanto en el RFC. En teoría, ambos están conectados y cuando un trabajador llega a una nueva empresa, basta con dar el NSS para arrancar el proceso.
Para este año, las cosas cambiaron. Tanto empleados nuevos como veteranos, recibieron una petición extraña de sus patrones: dame tu Constancia de Situación Fiscal. Si bien, su existencia no es nueva, es más común que los trabajadores independientes y empresarios tengan más claro qué documentos existen en el SAT pues son más solicitados por sus posibles clientes. Pero una maestra que lleva seis años en la misma escuela jamás había escuchado de la hoy famosa CSF.
La sorpresa de muchos fue que, cuando por fin pudieron descargarla, en buena parte gracias a la aplicación móvil SAT ID, sus datos estaban mal. La dirección era de donde estaba su primer trabajo, sus apellidos estaban al revés y otros errores detectados.
Lamentablemente, esto significa un trabajo extra para el contribuyente y el gobierno, desde su brazo tributario, pues todas esas personas que hoy ven su documento con errores, están obligados a actualizarla. Y es cierto, lo puedes hacer desde el sitio web del SAT, pero cuántas personas tuvieron que pedirle a amigos y familiares que les ayudarán a descargarla, que pagaron en una papelería para que un adolescente se las generará, cuántas personas siguen sin tener idea de en dónde conseguirla. Y lo peor, cuántos empleos serán inalcanzables para una persona que no sabe cómo solicitarla.